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Santa Cruz, Bolivia

27/10/09

Perfil del docente

1,- Qué saben y entienden los mejores profesores

Los mejores profesores, como se les reconoce y califica en base a un criterio generalmente aceptado, conocen su materia extremadamente bien, son considerados “eruditos, artistas o científicos en activo”. O sea, conocen muy bien aquello que están enseñando y no se arriesgan a improvisar, ni inventan ni dan su parecer sin estar completamente seguros de lo que dicen. Se actualizan permanentemente y estudian con cuidadosa disciplina las novedades que puedan afectar los campos de su conocimiento.

Desarrollan técnicas para conocer a fondo los principios fundamentales y conceptos organizativos para construir su propia capacidad de comprensión y desarrollar sus competencias. Pueden simplificar y clarificar conceptos complejos y pueden llegar al estudiante con revelaciones motivadoras Son capaces de razonar más allá de sus conocimientos, analizar su naturaleza y evaluar su calidad. Poseen una comprensión intuitiva del proceso de aprendizaje humano y ayudan al estudiante a esforzarse a construir su propio conocimiento, de manera de producir una influencia duradera e importante en su pensamiento, sentimiento y actitud

2,- Cómo preparan su docencia
Los profesores de excelencia analizan los cuestionamientos para preparar una clase, enfocan sus respuestas en resolver los problemas y satisfacer las necesidades de los estudiantes, en vez de preocuparse más por las necesidades propias como docente y la presentación de su clase como objetivo.

Entre las preguntas que se hacen, se encuentran las siguientes:
1) ¿Qué deben hacer intelectual, física y emocionalmente mis alumnos?
2) ¿Cómo puedo ayudarlos en ello?
3) ¿Cómo podemos mis estudiantes y yo entender mejor el aprendizaje efectuado?
4) ¿Cómo puedo evaluar mis esfuerzos de fomentar ese aprendizaje?

Estos profesores se enfocan en lo que deben hacer sus estudiantes, más que en lo que deben aprender. Procuran llevar a los estudiantes a descubrir la belleza de los temas y disfrutar y curiosear su contenido. Buscan conocer lo que les interesa a los alumnos para orientar la docencia hacia esos temas. Cambiarían su método de enseñanza, si fuera necesario, para alcanzar ese objetivo.

Reconocen su función especial de ayudar a los estudiantes a aprender, para luego evaluarlos. Para ello, proporcionan a los estudiantes realimentación de sus errores antes de la evaluación. Hablan con los alumnos para reconocer sus problemas, su ritmo de aprendizaje y corregir sus errores por medio de la retroalimentación. Pueden salir fácilmente de la rutina, de la típica aula de clases de cuatro paredes y un pizarrón, para visitar lugares interesantes, asistir a charlas o presentaciones de otros expertos.

3,- Qué esperan de sus estudiantes
Saben que los estereotipos sociales negativos influyen en el rendimiento académico, igual que la pertenencia a un grupo marginal o en desventaja, pero esperan que el estudiante, como responsable último de su propio aprendizaje, reconozca y anteponga su valor y esfuerzo individual. El docente no juzga por estereotipos negativos y se enfoca en buscar la motivación, mostrar las oportunidades que ofrece su curso y explica al estudiante lo que puede hacer para conseguir metas, objetivos, conocimiento y habilidades.

El profesor se preocupa en explorar el aprendizaje de sus estudiantes, analiza su trabajo y diseña tareas individuales y grupales. Ayuda a formar grupos de trabajo de excelencia, esperando que desarrollen habilidades de trabajo en equipo y aumenten la confianza en si mismos desarrollándose intelectual y personalmente.

4,- Qué hacen cuando enseñan
Los docentes son capaces de crear un entorno para el aprendizaje crítico natural, este ambiente se puede crear en clases magistrales, pero también con discusiones, trabajos de campo u otras diversas técnicas que enfrenten al estudiante con desafíos importantes y atractivos que les invite a analizar su realidad, repensando sus prejuicios y examinando sus modelos mentales confrontándolos con ideas nuevas.

Aunque el ambiente se torna muy desafiante, el estudiante llega a experimentar una sensación de control de su propia construcción de conocimientos. El docente puede guiar al trabajo en equipos donde todos colaboran, prueban y cometen errores que corrigen con la participación de estudiantes más experimentados, sin temor de ser descalificados por la evaluación simple.

El docente modera las discusiones y argumentación de grupo, presentan casos de estudio apropiados y crean oportunidades que ayudan a construir este tipo de entorno, invitando a la reflexión con múltiples preguntas y mostrando su relevancia e implicaciones, estimulando a los estudiantes a proporcionar una respuesta crítica, sostenerla con argumentos y generar nuevos cuestionamientos.

5,- Cómo tratan a sus estudiantes
La personalidad desempeña un papel significativo en el éxito del docente; hay excelentes profesores que son tímidos, otros extrovertidos, algunos histriónicos, pero todos tratan a los estudiantes tranquilamente.

El docente de excelencia pone confianza en sus alumnos y no se preocupan demasiado si éstos intentan engañarlos, asumen que quieren verdaderamente aprender y no se limitan por la preocupación de que el estudiante haga trampas.

Quiere que sus estudiantes aprendan y se empeñan en que sus estudiantes crezcan intelectualmente, tanto que está dispuesto a compartir con sus estudiantes sus secretos personales o técnicas para aprender o recordar algo y comparte las dificultades que él tuviera al principio. Esto lo hace más "humano" ante sus alumnos y ellos ven en esa franqueza la libertad para preguntar sin ser reprochados, además de aumentar la confianza en su propio aprendizaje.

Los mejores profesores tratan a sus estudiantes con justicia, compasión, preocupación, como podían tratar a cualquier colega, incluso muestran buena disposición para ayudar a sus estudiantes fuera del aula, participando en grupos de discusión en persona o por internet. Los buenos profesores consiguen difuminar las diferencias entre vida privada y profesional, hablando de su vida, y escuchando a sus estudiantes.


6,- Cómo comprueban su progreso y evalúan sus resultados
En general, los mejores profesores tienen la humildad para reconocer la enorme dificultad para evaluar el aprendizaje y reconocen que pueden equivocarse. Sin embargo comprenden claramente que los exámenes y calificaciones son una forma de ayudar a los estudiantes a comprender su progreso y también ayudan a evaluar la docencia.

El aprendizaje requiere cambios intelectuales y personales y hay que evaluar el aprendizaje, no el rendimiento. Por ejemplo, rebajar la nota por entregar tarde un trabajo no mide el aprendizaje, sino el rendimiento. Los mejores profesores no dan puntos por cumplir ciertas reglas, sino que animan a seguir esas reglas por el beneficio intrínseco. Algunos de los mejores profesores, animan a sus estudiantes a ser puntuales, solo para beneficiarse de sus comentarios antes de la siguiente tarea, además para reforzarles la idea de que ellos tienen el control para organizarse bien.

Los buenos profesores intentan averiguar todo lo posible de sus estudiantes, no para enjuiciarlos, sino para poder ayudarlos mejor a aprender. El proceso de ir conociendo a los estudiantes, es continuo y dura todo el curso.

Para medir el aprendizaje, algunos piden a sus estudiantes que escriban al final de la clase las conclusiones más importantes que han sacado. No usan las calificaciones para motivar a los estudiantes, pues lo que quieren saber es hasta qué punto comprenden sus alumnos las enseñanzas compartidas en clase. Pretenden cumplir los objetivos intelectuales del curso y medirlos después a través de un examen congruente.

El objetivo final de un docente es enseñar al estudiante a ser mejor ser humano, a crecer como persona y desarrollar su intelecto para ser parte de la respuesta a la necesidad social de su propio entorno. Las evaluaciones deben poder medir también su propio progreso y el cumplimiento de sus objetivos.